La listeriosis es una enfermedad rara vez diagnosticada. En los últimos meses, ha cobrado relevancia debido a los recientes brotes alimentarios de Andalucía. Precisamente, la importancia de la listeriosis reside en su capacidad de producir brotes alimentarios y su trasmisión vertical de madre a feto.
La listeriosis está provocada por un bacilo Gram + llamado Listeria Monocytogenes. La infección por esta bacteria es una zoonosis poco frecuente en humanos. Tiene una mortalidad elevada (70%) en grupos sensibles: personas de la tercera edad, personas inmunocomprometidas o con enfermedades subyacentes, embarazadas o niños.
La Listeria Monocytogenes puede proliferar en leche cruda, quesos, carne cruda o mal cocinada, verduras crudas, embutido y patés. Mediante el consumo de estos alimentos podemos contraer la listeriosis; además, la enfermedad es capaz de trasmitirse a través de la placenta o en el momento del parto.
Listeriosis: síntomas, tratamiento y profilaxis.
Generalmente, los síntomas son fiebre, dolores musculares y molestias gastroinstetinales de intensidad variable. El periodo de incubación puede ir desde las 3 a los 70 días.
- En personas de riesgo elevado (sin estar en cinta): La infección es invasiva, llegando al torrente sanguíneo (septicemia) y diseminándose por todo el organismo. Los síntomas son similares a una gripe, con dolores musculares, cefalea, rigidez de cuello, confusión, perdida de equilibrio y convulsiones.
- En mujeres embarazadas: La mujer solo padecerá una leve gripe. El riesgo es para el feto ya que esta infección puede conllevar embarazo espontáneo, muerte fetal, parto prematuro o septicemia mortal para el recién nacido.
- En personas sanas expuestas a dosis elevadas de la bacteria causante de la listeriosis pueden padecer fiebre, vómitos y problemas gastrointestinales asociados.
Dado el alto periodo de incubación y los síntomas tan generales; pocas veces se puede determinar el foco de infección y por ende, diagnosticar la enfermedad.
El diagnóstico se realiza mediante cultivo de sangre o LCR.
El tratamiento es una combinación de antibióticos durante 3 semanas.
La prevención durante el embarazo es crucial. Es importante no infectarse durante el embarazo por los motivos nombrados anteriormente.
Para ello, hay que tomar precauciones alimentarias, excluyendo de la dieta aquellos alimentos susceptibles de contener la bacteria Listeria.
Además, medidas higiénicas: lavarse las manos y desinfectar la nevera y toda superficie por donde hayan pasado alimentos que sospechemos que pudiesen contenerla.