Los protectores solares han de ser un básico en nuestra casa. Tomar el sol nos proporciona un amplio abanico de beneficios como facilitar la síntesis de Vitamina D y la mejora del estado de ánimo entre otros. No obstante, también puede ocasionar problemas.
Estos problemas pueden manifestarse a corto (quemaduras, dermatitis) y a largo plazo (cáncer, fotoenvejecimiento…). Por este motivo es muy importante que tomemos precauciones para evitar sus efectos nocivos y disfrutar de los beneficios.
Radiaciones solares.
Los rayos solares están compuestos por diferentes tipos de radiaciones, y estas son:
- En primer lugar están las radiaciones ultravioleta. Estas llegan a la superficie de la piel y podemos dividirlas en:
- Ultravioleta A (UVA): penetran más profundamente en la piel. Son las responsables de la aparición de alergias solares y el fotoenvejecimiento de la piel.
- Ultravioleta B (UVB). Son las radiaciones que menos penetran en la piel. Son las causantes del enrojecimiento de la piel
- Por otro lado está la luz visible.
- Y por último las radiaciones infrarrojas, que potencian los efectos negativos de UVB y UVA.
Protectores solares.
Para prevenir del daño que pueden ocasionar las radiaciones solares, los fotoprotectores actúan previniéndolos a corto y largo plazo.
Estas preparaciones para aplicación externa contienen sustancias que detienen parcialmente las radiaciones UV. Se preparan en una base líquida (emulsión o gel), semilíquida (crema) o sólida (barras o stick).
¿Qué tipos de protectores solares existen?
Según su composición, pueden ser de varios tipos:
- Químicos: absorben la radiación solar y la transforman en otros tipos de energía que no produce daño cutáneo.
- Físicos: desvían la radiación que incide sobre ellos.
- Mixtos: se obtienen al mezclar filtros químicos y físicos. Dispersan y reflejan la luz dentro de un espectro que incluye UVA, UVB e infrarrojos
¿Qué significa FPS?
El Factor de Protección Solar (FPS) nos indica el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al eritema o enrojecimiento previo a la quemadura, por lo que nos está dando información sobre la protección frente al UVB.
Podemos clasificar los FPS:
- Bajo: 2-4-6
- Medio: 8-10-12
- Alto: 15-20-25
- Muy alto- 30-40-50
- Ultra alto: 50+
¿Cual es el fotoprotector adecuado para mi piel?
Para poder elegir los fotoprotectores solares que más se adapten a nuestra piel hay que responder a una serie de preguntas:
Primero hay que preguntarse: ¿a quién va dirigido?
- Bebés
- Niños
- Adultos
Es muy importante, ya que dependiendo de la etapa de la vida en que nos encontremos, la piel necesita cuidados específicos.
La segunda pregunta que hay que formular es: ¿cuál es mi fototipo?
El fototipo está determinado por el tono de piel, el color de ojos y cabello, y la capacidad de ponerse moreno.
Fototipos | I | II | III | IV |
Se broncea | Nunca | A veces | Siempre | Siempre |
Se quema | Siempre | A veces | Raramente | Nunca |
Color de pelo | Pelirrojo | Rubio | Castaño | Negro |
Color de ojos | Azul | Azul/Verde | Gris/Marrón | Marrón |
Los fototipos I y II necesitarán FPS ultra altos, muy altos o altos, mientras que, los III y IV podrán usar FPS menores
Y por último hay que considerar como tenemos la piel:
- Piel con acné o grasa
- Manchas.
- Piel seca.
- Atopía o sensibilidad.
¿Cómo aplico el fotoprotector?
Para obtener una protección completa se recomienda aplicar el fotoprotector unos 15 minutos antes de exponerse al sol en cantidad suficiente. Es muy importante repetir la aplicación cada 2-4 horas para evitar quemaduras solares. También hay que evitar la exposición al sol entre las 12:00-16:00 sobretodo en los meses de verano.
Por último es recomendable utilizar el fotoprotector que más se adapte a la piel. Puedes consultar el siguiente artículo donde puede orientaros en la elección del protector solar ideal para vuestra piel.
Para poder saber qué fotoprotector se adapta más a tu piel haz click aquí.